El Peor Error Puede Ser No Querer Equivocarse


Es cierto, todos queremos hacer las cosas correctamente y nunca equivocarnos. ¿Quién podría disfrutar del fracaso y la frustración de no haber logrado lo que se propuso? Principalmente cuando nuestras sociedades se vuelven cada vez más exigentes.

Por lo visto, con este gran cambio social parece haber, no sólo un aumento de frivolidad sino también de crueldad y falta de compasión. Esto explicaría porqué para muchas personas, el fracasar es tan doloroso. Lo triste del caso es saber que en muchos casos este dolor no se debe tanto al hecho de haber fracasado sino a la vergüenza que esto representa ante otros; a la crítica y humillación a la cual somos sometidos cada vez que nos equivocamos.


Por tal motivo, y con el fin de evitar este dolor, muchos optan por manejarse dentro de lo conocido; prefiriendo no tomar ninguna acción con tal de no equivocarse. Y si bien es cierto que esta filosofía puede mantenerlos lejos del fracaso, la misma es una arma de doble filo que los paraliza e impide realizar cambios fundamentales.

Hay que comprender que cambiar es necesario. Cambiar significa no sólo comenzar a hacer cosas nuevas, sino también aumentar nuestros conocimientos y, más importante aun, modificar nuestra realidad actual.

Sin cambio solo hay rutina, monotonía y estancamiento. Sin cambio no hay progreso. Sin cambio no hay evolución. Sin cambio no hay futuro.

Evolucionar involucra cambiar; involucra fijarse metas y hacer cosas nuevas. Pero antes de hacerlas, debemos entender que justamente por no haberlas hecho antes, es muy probable que nos equivoquemos.

De la misma forma en la cual todo el que nace está expuesto a morir, todo el que intenta algo nuevo está expuesto a equivocarse. ¿Pero acaso nuestra mortalidad empaña la grandiosidad de nuestra existencia?-¡Obvio que no!. De la misma forma el fracasar nunca podrá frenar la inercia de cambio, que no es más que la energía que alimenta la evolución misma.

Si cambiar es necesario, lo único que habrá comprender es por quién cambiamos. ¿Acaso lo hacemos para complacer a otros? ¿Acaso lo hacemos para lograr la aprobación de terceros? ¿Acaso lo hacemos para ser más que nuestros conocidos? No, esto seria cambiar por la razón equivocada. Cambiamos por nosotros mismos; lo hacemos para crecer internamente; para sentirnos mejor con nuestra consciencia; para lograr nuestras metas e ideales; para vivir el futuro que anhelamos. Debido a ello, no cambiar sería un error.

Pero más grave aun, sería vivir una vida a medias, sólo por no querer equivocarnos.

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